MONT SAINT-MICHEL
Victor Hugo decía que « El Mont-Saint-Michel es para Francia lo que la Gran Pirámide es para Egipto ». Un hermoso símbolo de la independencia y la belleza del pueblo francés. La abadía, enclavada en un islote rocoso en medio de una bahía, es el escenario perfecto para contemplar las mayores mareas de Europa. En el año 1979 fue declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO. En el 2015 concluyeron 10 años de obras empleadas en devolverle su carácter marítimo.
Cuenta la leyenda que el arcángel San Miguel se aparecería tres veces al obispo de Avranches, de nombre Aubert, lo que en el año 708 le llevó a fundar el monasterio.
Qué ver y qué hacer en Mont Saint Michel
Situado a tres horas y media de París, entre Normandía y Bretaña, el Mont Sant-Michel se ha convertido en un centro de peregrinación turístico. En realidad la población de este pequeño pueblo está constituida por apenas una cuarentena de habitantes, pero recibe al año más de dos millones y medio de visitantes.
- Desde luego el mayor atractivo para visitar el Mont Saint- Michel lo constituye la contemplación del perfecto espectáculo natural que suponen las grandes mareas, que desde 2015, vuelven a convertir al monte en una isla. Una pasarela permite llegar al pueblo a lo largo de todo el año, excepto cuando las mareas la cubren.
Para contemplar el espectáculo, se recomienda estar en el pueblo dos horas antes de la pleamar. El monte, la muralla, el claustro de la Abadía, el puente son los lugares idóneos donde situarse, o si se prefiere tener más amplitud y verlo desde más lejos puede hacerse desde las carreteras de La Roche Torin en Courtils, de Grouin du Sud en Vains-Saint-Léonard o de Le Gué L’Epine en Val-Saint-Père.
En la página web oficial de la Oficina de Turismo del Mont Saint-Michel publican un calendario con los periodos de pleamar, señalando los más espectaculares.
- Visitar la Abadía, que se encuentra a 80 metros de altura es otra actividad ineludible. Con su imponente planta medieval es un ejemplo de arquitectura benedictina a la vez religiosa y militar. Entre los s. XIV y XV, durante la Guerra de los 100 años fue un importante reducto en la lucha contra los ingleses. A día de hoy, viven en ella una comunidad de monjas y otra de monjes.
A lo largo del año, en su interior, se organizan diversos tipos de actividades culturales y conciertos. Disfrutarlas a la caída de la noche es un auténtico placer.
- Recorrer la Bahía. Hace 8000 años que el periodo glaciar llegó a su final y el mar fue ocupando la extensión que antes ocupaba el hielo, dejando al descubierto tan solo algunos macizos graníticos como el Mont-Tombe sobre el que se edifica el Mont Saint-Michel, pero también el Tombelaine y el Mont-Dol. Antiguamente la bahía se atravesaba en peregrinación, aún hoy se mantiene la tradición de recorrerla descalzo. Eso sí, se aconseja hacerlo en compañía de un guía que no solo evitará que por descuido nos veamos rodeados del agua de la marea creciente, sino que nos mostrará todo lo relacionado con el ecosistema que nos rodea.
- Expandiendo nuestro área a toda la llanura también podemos:
- Visitar el pueblo de Granville, una pequeña ciudad fortificada por los ingleses en el siglo XV, que además, tiene palacetes de los siglos XVI y XVIII. Es también un puerto natural desde el que se organizan visitas a las islas Chausey, de 1 a 5 barcos viajan por día.
- Visitar la comuna de Avranches, allí está el Museo Scriptorial que alberga los manuscritos del Mont Saint-Michel
– Visitar la comuna de Villedieu-les-Poêles, que continúa con su trabajo tradicional artesanal del cobre.
El transporte en Mont Saint Michel
Desde las obras finalizadas en el 2015, a tan solo 2 km y medio del Mont Saint- Michel hay unos aparcamientos donde es posible dejar el coche. Hasta la 1 de la mañana también es posible encontrar medios de transporte gratuitos. El camino también puede hacerse andando, hay caminos peatonales y el puente pasarela se recorre en aproximadamente media hora.
Otra opción es usar la “navette hippomobile” pequeñas carretas tiradas por caballos
Alojamiento en Mont Saint Michel
Dada la cantidad de turistas que atrae esta peculiar fortificación y la belleza de toda la Normandía, toda la Bahía está plagada de hoteles y B&B de diversas categorías en los que es posible encontrar alojamiento.
También es posible alojarse en campings (hay uno en el propio monte) o encontrar otros lugares atípicos donde pasar la noche, como por ejemplo, Le Tonneau des Amoureux, unos enormes toneles habilitados como vivienda situados en una finca particular. O la Roulotte du Pré Fleuri, en Villers Fossard, que nos recuerda a las antiguas caravanas de los gitanos húngaros, o La Vallée Féerique, unas casitas localizadas en las copas de los árboles…
Comer en Mont Saint Michel
Si hay una comida típica para probar en el Mont Saint-Michel es el “cordero de prés-salés”. Se trata de los animales criados en las praderas de la Bahía que rodea al monte, su carne tiene un sabor único debido a su alimentación fundamentada en la hierba que es irrigada por el agua de mar.
La única calle que hay en el Monte recibe el nombre de La Grande Rue, y en ella se encuentran restaurantes, tiendas e incluso hoteles, eso sí, no esperéis encontrar precios de ganga. Para los que no busquen un restaurante tradicional también cuentan con creperías e incluso para los más frugales hay sitios de venta de bocadillos. Quizás el más prestigioso sea el Restaurant la Mère Poulard.
En general Normandía es una zona con una gastronomía suculenta, la sidra es uno de sus productos típicos, la manzana se utiliza además en muchos de sus platos (por ejemplo los “moules a la normande” son mejillones con manzana y crema fresca), mariscos, pescados, carnes…los amantes de la buena cocina podrán disfrutar en esta zona.
Salir de compras en Mont Saint Michel
Habilitado para recibir miles de turistas a lo largo de todo el año, a lo largo de las instalaciones y de todo el pueblo, es muy fácil encontrar tiendecitas destinadas a la compra de los habituales recuerdos, postales etc.
Consejos de Viaje
Dado que hay muchos factores que influyen en la visita, es un viaje que recomendamos preparar con antelación, especialmente si quieres contemplar el espectáculo de las mareas, deberás consultar las tablas sobres las mismas.
- Es preferible adquirir las entradas por internet y llevarlas impresas para reducir el tiempo de espera en las colas.
- Dado que se camina mucho, es recomendable llevar calzado y ropa cómodos.
- Si vas a comer en alguno de los restaurantes deberías hacer la reserva con antelación, y si no quieres gastar mucho dinero lo mejor es que lleves agua y comida, pues los precios dentro del pueblo no son baratos.
- El Centro de Información turística cuenta con una guardería para mascotas, para que puedas recorrer la abadía, ya que los perros tienen el acceso prohibido.
- Por último os aconsejamos visitarlo todo con calma y disfrutar de las vistas y del entorno porque realmente merece la pena.